La “peor” condición del flujo de aire se deriva de su sincronización espectacularmente mala. Veinte años más tarde, se habrían celebrado las numerosas innovaciones de diseño e ingeniería del automóvil: el fuselaje estilo singlete aerodinámico, la estructura de bastidor de acero, la distribución de peso y el peso ligero cerca del 50-50 delantero y trasero. Tal como estaba, en 1934, el estilo dramático de la aerodinámica detonó a los estadounidenses en algún nivel profundo, casi como si hubiera sido diseñado por los bolcheviques. No ayudó que algunos de los primeros flujos de aire tuvieran problemas importantes, del tipo de caída del motor, derivados de las radicales técnicas de construcción requeridas. Chrysler y Desoto, aún más desafortunado, intentaron devolver el flujo de aire estilísticamente, dándole una parrilla más convencional y elevando el maletero a una especie de bullicio (algunos modelos posteriores se llamaron Airstream), pero el daño ya estaba hecho. La caída de las ventas fue abismal.
